miércoles, 24 de julio de 2013

Deva Baumbach

Renovación de las raíces, Alma Tierra

Por Ramón Rosas Caro
Papantla, Veracruz
19/3/2012

La conservación de las lenguas originarias de México es el principal objetivo de Alma Tierra que se presentó en el Festival de la Identidad Cumbre Tajin 2012. Este proyecto, dirigido por la artista escénica Deva Baumbach, es el producto de una vida de búsqueda constante al interior de los pueblos y busca más allá del mero rescate de los idiomas, una nueva forma de comunicación a través de ellos.

Alma Tierra es un ensamble de cuerdas y voces complementado por el guitarrista Kin Sánchez, quien está claramente influenciado por la música gitana, y la violinista Tania Magallanes, quien se encarga de agregar toques melódicos a través de su instrumento y complementar con segundas voces el canto de Deva, quien además ejecuta la jarana, influenciado principalmente por la mandala hindú.

El resultado de este encuentro multicultural es una música anacrónica y universal. Su música remite al son tradicional mexicano, sin embargo su composición es totalmente ajena, maneja compases de 5, 7 y 11 tiempos, a diferencia de los ritmos cuadrados del son. Es música del mundo.

El primer trabajo de esta agrupación es un compendio de nueve piezas en idiomas tzotzil, tzetal y lacandón, mismo que fue logrado gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, la Universidad
Intercultural de Chiapas y las comunidades de este estado, quienes le abrieron las puertas al trabajo de investigación de la artista para ver logrado este proyecto.

“Canté el tzotzil y tzetal, pero gracias a Cicerón Aguilar, logramos ponernos en contacto con Antonio Chaquín, quien nos proporcionó una grabación de Chaquín Viejo, un cantante tradicional lacandón, que fue incluida en el trabajo y armonizada por nosotros”, explicó Deva.

Al respecto también expresó que esta última, la cultura lacandona, está en peligro de desaparecer, con alrededor de 800 miembros de dicha comunidad de los que sólo unos 300 conservan sus tradicionales vestimentas y lengua. De aquí que el trabajo cobre mayor importancia.

-¿Deva, en qué consiste el compendio?
Son cantos de curación y melodías ceremoniales principalmente, basados en las culturas de Chiapas.
Es un trabajo de reconstrucción de estas piezas. Los mayas, al igual que otros pueblos originarios, son muy celosos de sus tradiciones, hay piezas que no pueden interpretar la mujeres, por ejemplo, entonces tuvimos que jugar con estas condiciones y construir canciones nuevas con los elementos tradicionales, de tal suerte que logramos que todas las composiciones nos remitan a la cultura originaria pero sin que se pudiera tomar como una agresión.
En este sentido contamos con el apoyo del poeta maya Alberto Gómez Pérez, quien también es músico y político. El trabajo con él fue muy rico, de hecho me recordó mucho a Esperanza (García Dionisio, con quien dos años atrás hizo una compilación de cantos en lengua totonaca)

-¿No son piezas propiamente tradicionales, como dijiste antes, por qué decidiste realizar de esta forma este trabajo?
Creo que en los pueblos originarios tenemos que reconocer sus raíces pero mostrarles que podemos crear algo totalmente nuevo con sus mismos valores.
Es como nos los explicaba Jun Tiburcio (artista visual totonaco), tenemos que impulsar a la gente a cuestionarse y enseñarles a crear con lo que tienen.
Decidimos, con Alma Tierra, que tampoco fuera música popular porque es algo otros ya han hecho, consideramos que es mejor crear algo nuevo.

-¿Ya trabajaste con la cultura totonaca, ahora presentas un trabajo con mayas, y mucho antes (toda tu vida) has trabajado profundamente en/con la cultura hindú, qué sigue en tu vida?
Aún continúo en el proceso de descubrir mi papel. No sé a ciencia cierta si me integraré a un trabajo más profundo con la cultura maya o si seguiré recorriendo el país para tocar más culturas con este trabajo, pero definitivamente me gustaría seguir explorando México.
Creo que tenemos mucho que aprender de las culturas indígenas, tenemos que revalorarlas y continuar en la construcción de puentes interculturales.

-¿Cómo ha sido el proceso creativo con todas estas herramientas?
Bueno, el encuentro con Tania y Kin fue fundamental para darle forma a Alma Tierra. Gracias a nuestras influencias pudimos experimentar nuevos sonidos, exploramos a los moriscos, el flamenco, la música hindú, los sones tradicionales mexicanos, los cantos originarios.
Fue muy rico encontrarme con ellos, y creo que seguiremos trabajando juntos un buen rato.

-¿Para qué nos sirve esto que nos enseñan los pueblos originarios?
México, como nación, está en un letargo, estaba dormido y está despertando. Estamos cambiando nuestra forma de ver el mundo, poco a poco estamos pisando espacios en los que antes no nos escuchaban.
Debemos llegar al momento en que la gente del pueblo piense en la gente del pueblo, y estamos en esa construcción.

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